Marzo de 2009. Bóveda de cintas de la compañía disquera Orfeón. Ciudad de México.
El Dr. Joaquín Carrillo Farga y su esposa Ma. Luisa Nava reciben de manos del Lic. Luis Mondragón, del departamento de producción de la compañía disquera, una copia de la única cinta existente del primer long-play de Rock original grabado en México por el Pop Music Team exactamente cuarenta años antes. Hasta este momento se pensaba que todas las cintas habían sido destruidas por la Secretaría de Gobernación de México, en marzo de 1969.
Marzo de 1969. Estudio A de grabación de la compañía Orfeón. Avenida Universidad. En el Sur de la Ciudad de México.
El Pop Music Team termina la grabación de su disco, cuidadosamente planeado por cuatro años y, por primera vez en la historia del Rock mexicano, enteramente formado por canciones originales escritas por el conjunto en inglés y en español.
Al final de la grabación el productor del disco, el afamado Mario Olmos, se da cuenta que quedará un track libre y pide al conjunto improvisar en el estudio una canción más; después de unos minutos el Pop Music Team decide que la improvisación trate sobre lo sucedido en Tlatelolco cinco meses atrás. Joaquín Carrillo compone la idea musical y Francisco Bolea y Jorge Berry tienen lista la letra al día siguiente, cuando se doblan las voces sobre la pista musical que fue grabada en una sola ocasión, sin ensayo y sin ninguna repetición.
Una semana después. Ciudad de México.
Para publicitar esta obra, antes de producir los discos de vinilo, los directivos de Orfeón y el productor deciden hacer copias de la cinta y enviarlas a las dos radiodifusoras más importantes de la época, Radio 590 “La Pantera” y Radio Capital, en las que antes de ese día memorable sólo se escuchó música de conjuntos ingleses y estadounidenses.
Las dos radiodifusoras lanzan al aire varias de las canciones del disco y, al final, la pieza Tlatelolco. Hay gran emoción en el ambiente, y la sensación de que por fin México ingresa, junto a los grandes, en el mundo del Rock internacional.
Al día siguiente. Ciudad de México.
Agentes de la Secretaría de Gobernación buscan a los miembros del Pop Music Team y los jóvenes, aterrorizados, tienen que recurrir a algunos amigos en el gobierno para evitar ir a la cárcel y, posiblemente, a un destino fatal. La disquera Orfeón es obligada a retirar las cintas de las Radiodifusoras y todo el material es requisado y, se dice, quemado, por el gobierno.
El que hubiera sido el disco más importante en la historia del Rock mexicano desaparece antes de haber nacido…. y sin embargo un héroe anónimo, pensando en la importancia de lo que se está destruyendo, esconde una copia de la cinta aún no masterizada en las enormes bodegas de la compañía Orfeón, en donde acompaña a miles de otras cintas importantísimas para la música mexicana y espera pacientemente, por cuarenta años, para ser redescubierta en el siguiente siglo…
Estimado y fino lector: tiene Ud. en sus manos una leyenda vuelta a la vida, una auténtica cápsula de tiempo. Si Ud. vivió en esos fabulosos años sesenta seguramente el sonido de este disco le recordará aquellas incomparables épocas, y será así que todo el cariño que un servidor y los otros miembros del Pop Music Team pusimos en la composición y grabación de estas piezas habrá valido la pena.
Es mi deseo dejar aquí constancia de la verdadera historia del Pop Music Team, pues con frecuencia he leído historias, bien intencionadas, pero no totalmente exactas acerca de mi querido conjunto. Puedo hacerlo porque fui uno de los fundadores originales del grupo y su director musical hasta la grabación de este disco. El conjunto se separó por la desilusión causada al ser destruido nuestro trabajo de tantos años, y aunque algunos de los integrantes siguieron tocando con otros músicos, el verdadero “Pop” se acabó en ese fatídico marzo de 1969. De ahí la importancia de esta Ópera Prima y también postrera.
El Pop Music Team se formó en el verano de 1965 en la Ciudad de México. Los fundadores, reunidos en una casa de la Colonia Florida, al sur de la ciudad fuimos:
Francisco Bolea Esparza (guitarra, voz, composición).
Hugo Díaz Tortoriello (bajo y voz, cuando se necesitaba una voz ronca).
Alejandro Mills Castillo (batería).
José Bassó (guitarra principal, voz, composición)
Joaquín Carrillo Farga (órgano, voz, composición y dirección musical).
Poco antes algunos de nosotros habíamos grabado junto con otros amigos (“Los Latin Lovers”) la canción “La noche final”, compuesta por Ignacio (Juan) Vigueras Álvarez (letra) y Roberto Aucar (música); (el copyright de esta pieza pertenece a Don Ignacio Vigueras según información proporcionada por su hermano, el notable percusionista, el Dr. Julio Vigueras). En este disco se incluye, con autorización de Don Julio, la nueva versión grabada por el Pop Music Team en 1969.
Fue Don Francisco Bolea Esparza quien tuvo la idea de reunir a los ya mencionados para formar un conjunto; Pepe había propuesto el nombre “Les chats noirs” (los gatos negros) para el grupo, pero a ninguno nos gustó mucho la idea. Francisco Bolea (Pancho) pensó en el nombre “Pop Music Team” (conjunto de música Pop), quedando así bautizado el grupo de manera definitiva.
El grupo empezó a tocar en fiestas, los fines de semana, pues todos estudiábamos y nuestros padres no nos permitían salir en las noches entre semana. Al poco tiempo de haberse iniciado, Pepe Bassó sugirió que cambiáramos de baterista; el elegido fue un muchacho llamado Jorge Reyes, en efecto excelente baterista, quien sustituyó a Alejandro Mills por un tiempo. Sin embargo pocos meses después Pepe dejó el grupo y el resto de los miembros pedimos a nuestro querido amigo Alejandro Mills (Bocho) que regresara de tal manera que el grupo definitivo, el conocido Pop, quedó constituido de la siguiente manera:
Francisco Bolea Esparza.
Hugo Díaz Tortoriello.
Alejandro Mills Castillo.
Joaquín Carrillo Farga.
Y así permaneció durante dos años, hasta 1967, cuando agregamos un miembro más para apoyar la sección vocal, Jorge Berry Corral.
Además de Jorge y, aunque nunca fue formalmente un miembro del grupo, siempre tocó con nosotros (flauta dulce y pandero), incluyendo la grabación del disco, el querido amigo Fernando Landeros Buentiempo (“Hoss”). De la misma manera nos ayudaba en casi todo, desde administrar el grupo hasta conectar los instrumentos, el invaluable Ruy HSierra Núñez. Ambos podrían considerarse miembros de la familia del Pop.
Desde 1965 hasta 1969, cuando se grabó este disco, el Pop se dedicó a tocar sobre todo en fiestas particulares y se hizo famoso por sus interpretaciones en vivo, increíblemente similares a las grabaciones originales.
Probablemente no había en ese momento otro grupo musical que reuniera a tantos fans como el Pop; las fiestas en los frontones de la zona sur de la Ciudad de México fueron prácticamente inventadas por el Pop Music Team y en una ocasión, en la colonia del Pedregal de San Ángel, se reunieron alrededor de 10,000 personas para escuchar al grupo, lo que en aquella época era inusitado.
De cualquier manera el Pop no era conocido mas que en ciertos ambientes, porque no tocaba en lugares públicos y sólo lo hacía en fiestas particulares en las colonias El Pedregal, Las Lomas, Polanco e incluso, alguna vez, en la impresionante residencia del Sr. Garza Sada en Monterrey.
Recuerdo que en unas pocas ocasiones llegamos a tocar en la Pista de Hielo Insurgentes, en donde alternábamos con grupos increíblemente buenos como los “Dug Dugs”, a quienes admirábamos mucho por sus maravillosas interpretaciones de la música de los Beatles.
Como sucedía con la mayoría de los grupos mexicanos, nosotros tocábamos piezas de los principales artistas estadounidenses y británicos, incluyendo The Beatles, The Rolling Stones, The Doors, The Lovin Spoonful, The Turtles, etc. Sin embargo, a diferencia de otros grupos que grababan canciones traducidas del inglés (covers), nosotros empezamos a componer nuestras propias canciones, en inglés y en español. Los compositores del grupo eran Pancho Bolea y Joaquín Carrillo, con algunas letras compuestas por Jorge Berry.
Una notable excepción a lo que he dicho acerca de los covers mexicanos fue la hermosísima canción “tus ojos”, compuesta -según información que me proporcionó el propio compositor Rafael Acosta de los “Locos del Ritmo”-, en 1958, y desde mi punto de vista un hito en la historia del Rock mexicano. Gracias querido Rafael por esta maravilla.
Al decir que la mayoría de los grupos grababan covers de ninguna manera quiero menospreciar al Rock mexicano, uno de los mejores del mundo; por el contrario muchos de estos covers eran bastante mejores que los originales y en algunos casos tenían tantos elementos diferentes que se podrían considerar composiciones nuevas. Tome Ud. como ejemplo la canción “noches y días perdidos” de Freddy Fender (aunque él era también de origen mexicano) grabada magistralmente por “Los Rogers” (con un sonido tan espectacular que 54 años después no he podido reproducir).
Recuerdo también la increíble versión de “Corina Corina” grabada por Luis “Vivi” Hernández y sus “Crazy Boys”, y aunque me gusta mucho la versión de Ray Peterson, prefiero la del Vivi.
Otro cantante inolvidable es Johnny Laboriel y sus legendarios “Rebeldes del Rock”; recuerdo su versión de “Siluetas”, incomparablemente mejor a la original en inglés.
Los grupos de aquella época, incluyendo a los Locos del Ritmo, Los Rebeldes del Rock, Los Hooligans, Los Teen Tops, Los Rockin Devils, Los Sinners y muchísimos más fueron nuestra inspiración y no quiero seguir escribiendo sobre todos estos maravillosos músicos porque son tantos que seguramente olvidaré a muchos, lo que sería increíblemente desatento de mi parte con todos estos conjuntos para los que solamente tenemos agradecimiento y respeto. A los que menciono lo hago sólo como un ejemplo.
Pero volviendo a nuestra historia, en 1969 el notable productor Mario Olmos (quien después sería el primero en traer a los Doors a nuestro país) fue quien nos propuso grabar nuestras canciones en la disquera Orfeón y ya he hablado al inicio sobre la historia de la canción Taltelolco, que no estaba incluida en la lista original y que fue la causante de la debacle descrita.
Quiero decirle, amable lector, que lo que parece una anécdota poco importante vista a la distancia, en aquel momento fue una catástrofe para nosotros, pues sólo quien ha luchado por años en este medio de la música sabe lo que cuesta hacerse un nombre, luchar desde el inicio alquilando instrumentos pues no se tiene dinero para comprar nada, y poco a poco forjarse cierta fama, para que en un momento un grupo de subnormales destruya el trabajo de tantos años y tantas ilusiones de un grupo de jóvenes sanos y bienintencionados.
Después de estos lamentables sucesos Francisco Bolea siguió sus estudios de Medicina, en la UNAM y yo ingresé a esta misma Facultad en Abril de 1969; nunca volvimos a tocar juntos. El resto de los muchachos consiguieron un nuevo organista y un guitarrista e iniciaron una nueva época; aunque conservaron el nombre Pop Music Team, el grupo original jamás volvió a reunirse.
Fue este nuevo grupo quien alternó con The Doors en su primera visita a México en junio de 1969, concierto promovido, como ya dijimos, por el incansable Mario Olmos.
Al no pertenecer al sindicato de músicos (éramos estudiantes y estrictamente amateurs en nuestros afanes musicales) dicho sindicato quiso prohibir la participación del Pop; cuenta la leyenda que el mismísimo Jim Morrison (que conocía al Pop a través de Mario Olmos) dijo: “si no toca el Pop, los Doors nos vamos de México y no tocamos”, de tal manera que el Pop tocó, después de la presentación de los Doors, ante el descontento del estúpido sistema.
En la actualidad los miembros del Pop Music Team han seguido diferentes caminos.
Pepe Bassó se reunió con su Creador alrededor de 1966.
Francisco Bolea fue a vivir a los Estados Unidos en donde trabajó por muchos años como un médico muy exitoso; falleció en los años 90 como consecuencia del cáncer dejando a dos hijos: Javier que se dedica a la música moderna y toca el órgano y Daniel, psicólogo y profesor en Florida International University.
Hugo Díaz es un ejecutivo en una importante empresa inmobiliaria en la Ciudad de Monterrey; se casó con Rosario, el amor de su vida y tiene tres hijos: Hugo Antonio, Alejandro y Rossana, además de ocho nietos: Leonardo, Mauricio, Emma y María (hijos de Hugo Antonio), Alejandro y Paola María (hijos de Alejandro) y Mateo y Natalia (hijos de Rossana).
Alejandro Mills estudió publicidad. Vive en la Ciudad de México con su querida esposa Cecilia. Tiene dos hijos: Alejandro y Gabriela, y dos nietos: Jerónimo y Lorenzo, hijos de Alejandro. Él ha seguido tocando y a principios de los 90 dimos un concierto en el que los únicos miembros originales del Pop éramos él y yo.
Jorge Berry se convirtió en un exitoso cronista deportivo. Tiene cuatro hijos.
Fernando Landeros Buentiempo murió en los años 90 como consecuencia del cáncer. Dejó un hijo, Fernando, que es un famoso pianista miembro de la orquesta filarmónica de Philadelphia.
Ruy HSierra era un importante actuario que trabajó en la UNAM, entre otros lugares. Vivía con su esposa Luisa en la Ciudad de México. Dejó este mundo en el momento de escribir estas páginas.
Mario Olmos continuó trayendo a México a muchas celebridades del espectáculo. Vivía en la Ciudad de México con su querida esposa Margarita y tuvo dos hijos: Carlos Mao y Jorge Cristo. Hace poco tiempo regresó a su hogar, con su Creador.
El trovador de esta historia es su servidor Joaquín Carrillo Farga. Durante 52 años me he dedicado a la Medicina y casi había olvidado la música. Junto con mi esposa Ma. Luisa tuve la fortuna de recibir la cinta que, apropiadamente editada y masterizada, dio lugar a este disco.
La vida me ha bendecido con cuatro hijas: Nuria, Mariana, Luisita e Isabel, y con dos nietos: Ernesto y Nuria, hijos de Nuria, la mayor de mis hijas; a todos ellos les gusta la música de los 60´s.
Pocas veces es posible recuperar una parte perdida del pasado, en este caso un pasado tan querido para los que vivimos nuestra juventud y adolescencia en los años sesenta. Toda esta aventura ha sido una bendición; los que nos quisieron dañar lograron lo contrario porque hemos recuperado una parte de nuestra vida. Es por esto que el título del disco: Pop Music Team, una cápsula de tiempo, 1969-2022, parece apropiado.
Una de las lecciones aprendidas, y que ojalá los jóvenes que lean esto comprendan, es que a veces hay que esperar una vida entera para lograr una meta.
Creo que el disco debe ser publicado en esta, su forma correcta y definitiva, para honrar al primer grupo mexicano de Rock que produjo un disco long-play con 100% de composiciones propias.
Este disco lo he realizado con mis propios medios, para distribuirlo entre mis amigos, y es totalmente gratuito; mi única intención es que la gente conozca esta parte de la historia del Rock mexicano de manera real, pues he leído muchas versiones equivocadas sobre nuestro querido conjunto e incluso grabaciones de pésima calidad, sin edición ni masterización correctas (probablemente reproducidas directamente de material premasterizado), y con fotos y nombres incorrectos de los miembros; esto es: versiones producidas por personas que desconocen totalmente la música y a sus autores, corrompiendo la idea original de nuestro disco.
El disco, en su conjunto, está dedicado a la entrañable memoria de Francisco Bolea, José Bassó, Fernando Landeros, Mario Olmos y Ruy Sierra.
Que desde donde se encuentren sepan que, por fin, nuestro disco ha visto la luz.
Joaquín Carrillo Farga.
Ciudad de México. Julio de 2022. Después de 53 años.